Crítica ‘Planeta Terror’: el cine que la generación Z no entenderá, el cine ‘grindhouse’

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Crítica ‘Planeta Terror’
 

Crítica ‘Planeta Terror’: el cine que la generación Z no entenderá, el cine ‘grindhouse’

Fue en una velada nocturna que decidí ver ‘Planeta Terror’ (2007) con mis amigos. Un grupo de preadolescentes que no entendían nada de lo que veían. Años después me enteraría que algunos ‘defectos’ de la cinta obedecían a una intención de homenajear a un cine hoy desaparecido: el cine ‘grindhouse’. Esta parte de una doble función (junto con ‘Death Proof’) nos muestra la lucha de una de las versiones más repugnantes de los zombies (en un sentido no puritano del concepto) contra una bailarina exótica con pierna de metralleta y otros peculiares sobrevivientes.

 

El cine ‘grindhouse’ logra ser desconocido para la mayoría de hispanohablantes, ya que en la mayoría de los países de habla hispana no existía este estilo de cine. Surgió en Estados Unidos, en los años 70 y 80. Eran teatros que se utilizaban como cines de baja calidad, donde se proyectaban películas continuamente. Usualmente, en ellas se llevaban a cabo cintas de función doble, donde se emitían tráilers ‘falsos’, de proyectos que casi nunca se llevaban a cabo.

 

Consientes de ello, la dupla de directores hicieron el homenaje a este cine tratando de recrear la experiencia completa: una función doble más los tráileres falsos. Por eso, resulta decepcionante que en países como España y gran parte de Latinoamérica (no sé si en toda) no se llevó a cabo la función doble, y se estrenó cada película por separado.

 

A pesar de ello, el estilo mostrado por Rodríguez en ‘Planeta Terror’ obedeció a un claro homenaje al cine de explotación que se mostraba en estos teatros. Desde la trama sensacionalista, mostrando como protagonista a una bailarina exótica que tiene una pierna amputada que luego será reemplazada por un arma de fuego. Ella, deberá enfrentarse a un grupo de zombies nauseabundos que surgieron entre negociaciones entre guerrilleros y una especie de narcotraficantes.

 

Es difícil hablar mal de las actuaciones o guion cuando la cinta está hecha mal a propósito. Es difícil saber qué está hecho mal adrede y qué no, por lo que uno solo puede sentarse frente a la pantalla y dejarse llevar por la película, entre los cuerpos putrefactos que se caen a pedazos y las actuaciones exageradas que logran tener su gracia. Sin mencionar algunos diálogos de personajes que suenan tan ridículos que te hacen aferrarte a la idea de que se escribió así intencionalmente. Un festín de lo cutre que logra disfrutarse y, personalmente, está guardado en una parte especial de mis memorias, puesto que fue la que me hizo interesar por el cine de serie B.

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