GOOD BOY (2023) CRÍTICA: UNA HISTORIA QUE PENDULA ENTRE LA COMEDIA, EL HORROR Y LO SUMAMENTE EXTRAÑO
‘Su mascota es un humano disfrazado de
perro’ fue premisa suficiente para convertir a ‘Good Boy’ (2023), del director
Viljar Bøe, en uno de los más esperados en mi lista de películas. La atrayente
extrañeza de la sinopsis logra crear expectativas sobre la resolución de la
interrogante principal sobre la cual se sostiene la trama entera: ¿Cuál es la
relación detrás de amo-mascota que existe de ambos personajes?
La cinta inicia mostrándonos a Christian,
el cual es descrito visualmente en las primeras escenas: solitario, apuesto,
ordenado y tener todo bajo control. Todo este aparente perfeccionismo se rompe
cuando su mascota aparece en pantalla, con un pelaje falso propio de un disfraz
evidente, que en su interior encierra a un hombre que actúa como perro, y del
cual solo se nos revela que se llama Frank. Es curioso saber que, precisamente,
fueron estos dos personajes los que impulsaron a la creación de la trama. En un
inicio, Viljar (director y guionista de la película) pensó en un hombre
disfrazado de perro, porque la idea se le parecía divertida y porque era un
buen gancho para atraer al público; la idea de Christian, se ideó en base a las
películas que retratan de manera afable a este tipo de personajes, donde su
soledad, dinero y aparente problema pueden tratarse y solucionarse con el poder
del amor (véase a ‘Bestia’ de ‘La Bella y la Bestia’ o ’50 sombras de Gray’),
el director de 'Good Boy' toma este molde de personaje para deformarlo, para
alejarlo de una historia de romance y meterlo -si se quiere- en un campo del
horror.
Christian conocerá a Sigrid, nuestra
protagonista, mediante Tinder. Bastó una cita para mostrarnos el lado
encantador del adinerado y galante personaje, quien es interpretado de gran
manera por Gard Løkke, tanto en sus buenos como en temibles momentos. Luego de
la primera cinta, la química entre ambos llega a la gigantesca casa de
Christian, donde pasan la noche. La cita pierde el encanto cuando la mascota de
la casa entra en pantalla, quien termina espantando a Sigrid.
Si bien Frank es la muestra más retorcida
o, por lo menos, no tan cuerda de Christian, este no logra espantar a Sigrid
para siempre. Luego de la cita, la protagonista cuenta todo a su mejor amiga,
quien le hace ver lo natural y ‘normal’ que puede ser ese tipo de relaciones.
Esta parte utiliza el ’es su rollo y no le puedes juzgar por eso’ (algo muy
frecuente en nuestra actualidad, pero que la cinta solo lo usa como un recurso
sin explorar más sobre el tema, no como ‘Speak No Evil’) de manera tan natural
que logra ser aceptable el regreso de Sigrid a manos de Christian.
Una vez la relación vuelve a establecerse,
lo que sigue de la primera parte puede verse como una comedia romántica, hasta
que recuerdas que Frank es un humano disfrazado. Cabe resaltar que la cinta
está grabada en cámara en mano debido a que la intención del director no era
imponer un género en sí, sino que sea el espectador quien pueda apreciar cada
parte y experimentarla según lo que vaya viendo. De este modo, para muchos la
primera mitad es vista como una comedia romántica, lo cual es fácil de darle esa
lectura, si olvidas que Frank es un humano en realidad.
A pesar de ello, los momentos de tensión
son bien construidas. El horror de la cinta se alimenta de estos para irnos
preparando para el final, para el desenlace y la respuesta a la pregunta
realizada desde su premisa. Por lo que gran parte de la película se sustenta en
no saber el final.
Resulta más entretenido pensar en las
distintas ramificaciones de la dirección a las cuales pudo ir la historia, y
hasta se podría decir que alientan (¿Frank tiene sexo?, pregunta Sigrid en una
parte), que el desenlace y revelación de la relación entre Frank y su ‘dueño’,
que termina siendo el más simple y obvio, y quizá por esa obviedad el tercer
acto no resulta impactante ni sorpresivo, y se siente una ruptura a la tensión
que logró crear hasta ese momento.
La premisa logra ser una extrañeza más
atrayente que el resultado final, pero quizá sea las expectativas que no logran
apreciar una cinta que, en principio, termina siendo una propuesta interesante
en el género del terror, explorando las citas virtuales y el terror en la
intimidad de otras personas, en las sombras que ocultan el interior de las
casas.