‘Mad Heidi’ crítica: rezagos de un cine en extinción
En aquel pasado ochentero existían cintas
que se realizaban a las sombras de la industria de Hollywood. Estas eran
financiadas por productoras independientes o, en otros casos, por el propio director
y guionista. Su herramienta de difusión eran las historias que presentaban:
mucha sangre, desnudos, sexo y tramas que eran consideradas ‘degeneradas’ en
esos tiempos, lo que les permitía reclutar gente en base al morbo y al boca a
boca, para llenar las pequeñas salas ‘grindhouse’. En el cine actual, esas
cintas parecen inexistentes. Con cero amor y guiados por un equipo de
marketing, muy pocos proyectos audiovisuales deciden enfrentar al algoritmo.
Por eso, ver cintas como 'Mad Heidi' (2022), es un logro en sí mismo difícil de
ignorar.
La película deforma aquella Suiza que el
dibujo infantil Heidi creó en nuestras infancias, para convertirla en una Suiza
violenta y dominada por una dictadura: la dictadura del queso. Este régimen
quiere dominar a la población en base al terror y al queso. Heidi, guiada por
la venganza de la muerte de su amado, se enfrentará a la dictadura comandada
por el presidente Meili (interpretado por Casper Van Dien, quien no he visto
desde los años 90 e inicios de los 2000). Pero Heidi no estará sola, será acompañada
por por su abuelo, quien es un revolucionario en esta versión de la historia.
‘Mad Heidi’ es titulada como la primera
película swissploitation, cinta de explotación Suiza, que utilizará los
clásicos elementos con los que ese país es representados en el cine, para
llevarlos a la exageración y combinarlos con historias que resaltan por su
extrañeza y morbo.
Al ser una película de explotación moderna,
se sabe que la importancia que los realizadores le han dado a la trama y guion,
son mínimas en comparación con lo invertido en las muertes y gore. En estas
situaciones, uno va a las salas esperando divertirse con las muertes y malas
actuaciones, sabiendo que en pantalla verá más sangre que coherencia de trama,
lo cual no está mal cuando hablamos de cine de serie B, un cine hecho
exclusivamente para entretener (y del cual soy muy fan); sin embargo, ‘Mad
Heidi’ termina dando menos sangre y morbo de lo que promete, para desarrollar
un producto más ‘limpio’ al final.
Para desarrollar más el punto anterior, es
necesario hablar del desarrollo de la cinta. Inició como un tráiler falso, un
tráiler cómico que gustó tanto al público que decidieron apoyar en la inversión
de un largometraje enfocado en la misma historia: una degenerada versión del
dibujo ‘Heidi’. Para quien haya visto el tráiler, sabrá que lo prometido, era
una cinta cutre, muy cutre, llena de sangre y efectos prácticos de falsedad
evidente. Sin embargo, gracias a su campaña de recaudación para su presupuesto,
se logró desarrollar un cinta menos cutre, con un guion y trama donde se
muestra una intención de desarrollo de personajes: el abuelo tiene su propio
arco de desarrollo, uno de los generales también tiene uno; mientras otros
personajes simplemente pasan desapercibidos. Sin embargo, la cantidad de
sangre, muerte, desnudos, y todos esos elementos que caracterizan a las cintas
de serie B, aparecen en menor medida. Esto termina siendo sorpresivo para las
expectativas creadas en un inicio, pero no es malo. La cinta, hecha con notable
bajo presupuesto, pero también con un notable amor puesto por sus realizadores,
logra su objetivo último: hacer que las pases, con algunos momentos lentos, y
otros que simplemente van a deslumbrar con sus efectos especiales (para los
fans de este tipo de cintas, claro está).
Cuando se habla del cine de serie B en la
actualidad, muchos indican a la falta de propuestas, o ideas, o cómo los
realizadores se abrazan a los índices puesto por un equipo de Marketing. No
creo que el problema provenga de ese lado del charco. Actualmente, este tipo de
cintas tienen más oportunidades de realizarse. Al igual que 'Terrifier' uno y
dos, ’Mad Heidi’ fue financiada por un grupo de fans reclutados por internet,
algo casi imposible años anteriores. El problema no está en la fase de
realización, sino en la difusión. Si bien ‘Mad Heidi’ llegó a algunos
festivales y ganó algunos premios del público, algunas salas donde se
proyectaron estaban casi vacías, solo con unas 4 o 5 butacas llenas (al menos
en España). Lo que este tipo de cintas necesitan, son adecuados medios de
difusión. Las pocas que logran introducirse al mundo del streaming, son
ignorados por el público que prefiere guiarse por lo que el algoritmo les
recomienda. Solo algunos casos, como Terrifier, logran compatibilizar con el
algoritmo (el de TikTok en este caso), para alcanzar la difusión gracias a la
viralidad.
‘Mad Heidi’ termina siendo una grata
sorpresa para los fans de este tipo de cine, que cada vez parece más
desaparecido o, mejor dicho, indisponible.