RABBITS (2002): LA PELÍCULA MÁS PERTURBADORA DE LYNCH Y EL EXPERIMENTO QUE SE HIZO

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RABBITS (2002)

 

RABBITS (2002): LA PELÍCULA MÁS PERTURBADORA DE LYNCH Y EL EXPERIMENTO QUE SE HIZO

Lejos del terror convencional, el cine de Lynch perturba por su singular manera de manejar lo onírico, de deformar por completo la realidad. Para quienes hayamos apreciado su cine, sentirá conocida la sensación de vacío que aparece luego de ver sus películas. El trabajo que cumple con creces este objetivo, no es una de sus cintas más conocidas, ni siquiera fue estrenada en cines. Se trata de 'Rabbits' (2002), recopilación de cortometrajes de sinopsis complicada que deja una sensación de vacío existencial a las personas que la ven, motivo por el cual fue usada para realizar un experimento psicológico. A continuación, te contamos más al respecto.

 

RABBITS (2002) SINOPSIS

En una ciudad sin nombre, con una lluvia sin fin, tres conejos parecen guardar un temible misterio. Bajo esta premisa, se nos somete a una ‘historia’ (si se puede llamar así) de narración casi imposible de entender.

‘Rabbits’ es una miniserie de 8 capítulos, donde cada una dura 9 minutos. Esta tiene un formato de ‘sitcom’, de manera muy superficial (risas enlatadas y situaciones cotidianas en un solo escenario). Sus personajes principales son tres conejos humanoides (son disfraces de conejos muy notables), que viven dentro de una casa lugubre donde se lleva a cabo una especie de conversación, pero en realidad esta no tiene coherencia alguna.

 

Si quieres ver la serie completa, está en gratis en YouTube, subida por el mismo director. Te lo dejamos aquí: ‘Rabbits’(2002).

 

RABBITS (2002) EL EXPERIMENTO PSICOLÓGICO

‘Rabbits’, de David Lynch, no solo lograba perturbar a sus espectadores. Sus consecuencias iban más allá: llevarlos a una sensación similar (sino igual) a una crisis existencial. Motivo por el cual fue usado por un grupo de investigadores para un experimento científico.

 

El objetivo de esta investigación era comprobar si el paracetamol no solo se limitaba a apaciguar los dolores físicos, sino también los psicológicos (cabe resaltar que en investigaciones anteriores se comprobó que este reduce el dolor social), como ayudar a controlar la crisis existencial. Para esto, se debe entender la ‘crisis existencial’ como una situación de angustia de una persona que siente amenazado su sentido de la vida.

 

Para llevarlo a cabo, se hicieron distintos grupos con los sujetos de experimentación: un grupo vería los Simpson, otro grupo vería Rabbits y otro grupo que tomaría un placebo en ambos casos. Posterior a esto, cada grupo vería una serie de noticias violentas y se les pediría una solución política a estas.

 

El resultado, en este punto, puede causar sorpresa. Las personas que vieron los Simpson y tomaron un paracetamol tuvieron soluciones más ‘amables’ ante los crímenes, mientras que las personas que vieron Rabbits dieron soluciones más drásticas.

 

El resultado de la investigación fue que el medicamento analizado sí tiene efectos positivos a favor de la supresión ante este tipo de crisis; sin embargo, para los fans de Lynch, también es una comprobación de que sus cintas, en efecto, logran someterte a esta crisis existencial.

 

Si deseas saber más sobre esta investigación, te dejamos el link aquí: ‘El dolor común del surrealismo y lamuerte’.

 

‘RABBITS’ DE DAVID LYNCH, CRÍTICA

De una manera simplificada, esta miniserie puede entenderse como una crítica a las comedias sitcom (y a la vez, es considerada como una sitcom). Pero va más allá.

 

En cada capítulo se nos muestra el mismo escenario: una sala de paredes oscuras y un sofá al medio, donde cada personaje que se siente estará de cara a la cámara. Todo este ambiente lugubre es acompañado por un sonido de lluvia incesante que siempre está presente. Cada vez que un personaje entra en pantalla, los aplausos enlatados suenan, pese a que es uno de los tres únicos personajes de la serie; cada vez que alguien dice algo ‘gracioso’, las risas enlatadas suenan, pese a que lo que dijo es gracioso o, aún peor, pese a que no entendemos qué dijo, porque los diálogos en esta serie no tienen coherencia, nada lo tiene. No hay un hilo de conversación entre lo dicho por un personaje y otro, es más, ni siquiera hay un hilo conductor por lo dicho por un mismo personaje en todo el capítulo, y peor aún, no parece haber un hilo narrativo en toda la serie.

 

¿Si los diálogos no tienen sentido y si no hay una historia qué contar, es mala? Y la verdad, para los amantes del cine de Lynch, no puede verse como mala. La falta de narrativa en todo sentido es con el objetivo de resaltar una narración distinta, una incoherencia angustiante que solo puede ser lograda por alguien como Lynch. Es un viaje emocional, caótico, que perturba por la ausencia completa de sentido en todo aspecto. Si bien los fans de la cinta tratan de encontrar una explicación a todo, sobre la cual se han tejido múltiples teorías. Por mi parte, en mi mente resuena lo dicho por el director en una entrevista, donde explica que sus películas son hechas como un viaje al inconsciente, un viaje a los sueños, donde nada tiene sentido. Quizá sea una carta abierta a la interpretación de su obra, pero es uno de sus trabajos que, en cuestiones de horror, me logró perturbar en su momento.

 

Quizá el único sentido que encuentro en este trabajo, no es dentro de la historia (o ausencia de esta) que narra, sino como un producto completo. Como se dijo en un inicio, esta serie es considerado una sátira a las series de comedia situacional, pero el objetivo de Lynch no es hacer una sátira común, como ya se ha visto antes, su crítica, en cuanto a la forma de presentarla, es extraordinaria. Utiliza los elementos básicos de las sitcom (las risas enlatadas, los aplausos enlatados, el escenario repetitivo, y más) en una historia sin coherencia alguna, de este modo, solo se nos permite apreciar a estos elementos en sí mismos. Al ser despojados de una narrativa, terminan siendo el foco principal del observador. Los deja desnudos y los combina con una atmósfera oscura y tenebrosa, que consigue su punto más alto en la escena donde se presenta un rostro demoníaco en la parte superior de la pared.

 

Lynch no solo realiza una serie de sitcom, ni tampoco una simple sátira sobre esta, lleva la crítica más allá, desgajando los elementos esenciales de este tipo de series para atacar contra ellas, del modo en que solo Lynch sabe hacerlo.

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