Ishi The Killer: un disfrutable gore absurdo
Recuerdo con cierta pereza la entrevista realizada a uno de mis escritores favoritos, Ribeyro; en la entrevista se le preguntaba (casi como una afirmación) sobre la influencia que Kafka había tenido en su obra, el escritor, muy poco convencido y casi obligado, mencionaba que alguna inspiración ha de haber. Una anécdota similar tiene con respecto a uno de los títulos de su obra, sobre el cual se realizó un análisis que ni él lo había pensado, pero como le gustó, la validó. El motivo que menciono este particular caso, es porque siento que se hizo el mismo sobre análisis (entendido para estos fines como un análisis que inicialmente el autor no planteó en su obra) respecto a 'Ishi The Killer' (2001), película que forma parte de la faceta de gore absurdo y comedia de Takashi Miike.
Antes de escribir una 'critica' (entre comillas, porque las considero opiniones, las cuales quiero dar siempre que crea exista un aporte de mi parte), trato de buscar un tema en particular del cual hablar sobre la cinta. En ocasiones, el tema lo encuentro en el transcurso que veo la película, otras veces, lo encuentro al final o posteriormente de ver la película, como en este caso. Respecto a los análisis hechos sobre la cinta del japonés, muchos argumentan la existencia de una profundidad por parte del director en el planteamiento del uso de violencia en el cine, que mediante sus escenas nos invita a una reflexión para pensar en el papel que la sangre desproporcionada y las torturas desmedidas cumplen en el cine actual; otros, aseguran que mediante la representación de los protagonistas se describe al público, o a la postura que el público deberá tomar sobre la cinta. Por mi parte, creo que Miike pasa por alto este tipo reflexiones, en otras palabras, dicha reflexión no ha sido planteada por el director (al menos no voluntariamente).
La película está inspirada en un manga homónimo, escrito y dibujado por Hideo Yamamoto. El manga pertenece al género Ero-guro, por lo que las viñetas están llenas de cruda violencia, entre desmembraciones y otras aberraciones. El manga nos narra la misma trama que la película: la relación que existe entre Ichi y Kakihara. Si bien en el manga existe cierta exploración de la violencia, no existe mayor reflexión al respecto: la sobreexposición de violencia se debe al género ero-guro. El manga se centra, principalmente, en la exploración de la psiquis de sus personajes, pero no abarcando aspectos generales, sino en dar coherencia a sus personalidades.
Ahora, lo dicho anteriormente se debe a lo declarado por Takashi Miike en una entrevista. En esta, él menciona que su objetivo es no decepcionar a los fans de Yamamoto, motivo por el que trata de ser fiel al manga, centrandose principalmente en dos aspectos: el gore y los personajes.
Respecto al uso que Miike le da al gore y la violencia en su película, es con fines de entretenimiento burdo, un intento de ser repulsivo de manera divertida. La crudeza y masacre son usadas con fines tarantinescos: el espectáculo catartico; pero de manera más cutre e hiperbolica. Porque muchas de estas escenas -ya sea por el uso de un pésimo CGI o ya sea porque algunas son viñetas calcadas del manga- guardan cierta escencia caricaturesca, llenas de absurdos en pro de buscar una mayor exposición de la violencia por la violencia misma, y en otros casos, para poder construir a los personajes, dotarlos de personalidad.
El otro aspecto (los personajes) sí podemos encontrar un intento de profundizar, el cual se consigue con éxito. Como mencionó, en este ámbito, la violencia ayuda a construir a los personajes. Ambas personalidades están inmensamente relacionadas en cómo ejercen la violencia, esto determinará y nos dará pistas de aquello que se esconde dentro la consciencia de estos.
Si bien el intento de ser fiel al manga le jugó algunos malos tropiezos, entre ellos la narración algo con fusa y la necesidad de meter conveniencias de guion para avanzar con coherencia en la trama; si bien el intento de ser fiel al manga le jugó algunos malos tropiezos, entre ellos la narración algo con fusa y la necesidad de meter conveniencias de guion para avanzar con coherencia en la trama; este no terminó afectando notoriamente al producto final, que se sabe entretenida, de la forma más violenta posible. El cine de Miike es inclasificable; pero dentro de su filmografía, se pude encontrar, si se desea, cintas serias (donde entraría Audition) y las que no se toman muy en serio a sí mismas, las que juegan con lo absurdo y los límites de lo correcto y aceptable, en esta última se encontraría 'Ishi The Killer'.