Oso vicioso: crítica a la sangrienta película

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Oso vicioso: crítica a la sangrienta película

Sobre los bosques de Georgia, por los años 80, llovería fardos de cocaína luego de que el paracaídas de Andrew Thornton (agente de narcóticos y narcotraficante) fallase: no abrió. El cuerpo de Andrew fue encontrado sin vida junto a 40 kilos de cocaína, la cantidad restante se encontraba perdida en el bosque, donde parte de ella fue ingerida por un oso, quien falleció de sobredosis prontamente. En “Oso vicioso” (2023), dirigida por Elizabeth Banks, se relata la historia bajo el supuesto de un final distinto: el oso, luego de ingerir la droga, sobrevive, se vuelve adicto y desata una carnicería brutal en el bosque.

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Tras la presentación de la trama, uno supone qué tipo de película tiene al frente. Su única ambición es que las salas de cine se llenen. No hay búsqueda artística ni intentan perseguir algún premio. Y quizá sea esa intención, la cual tenían bastante clara, del éxito de la cinta. 

"Oso vicioso" es una película divertida y absurda. Cumple perfectamente el propósito de entretener. Como era de esperar, el único gran atractivo de la cinta era el oso y la carnicería, llena de gore y escenas absurdas, que desató contra los personajes secundarios. Si bien el CGI que se usó para dar vida a la bestia se veía irreal por momentos, llega a ser bastante destacable si consideramos qué tipo de cinta estamos viendo. 

Hay otros personajes que, en lo personal, me gustaron. El jefe de la mafia (Ray Liotta), quien nos entregó un personaje con el que se puede rememorar fácilmente a Henry Hill de "Buenos Muchachos" (1990). Otro personaje que me terminó agradando (un agrado leve y diminuto, el cual no me impidió ver con gracia su muerte, que incorpora una de las mejores escenas de la cinta) es la guardabosques, interpretada por Margo Martindale.

La cinta termina siendo lo que la sinopsis nos promete, un conglomerado de muertes divertidas y sangrientas, acompañadas por diálogos absurdo en una escena que insiste con hacerte recordar que no te tomes muy en serio la cinta, solo debes apagar el cerebro y dejarte llevar por la sangre y el absurdo.


Francisco V.



 

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