La casa lobo: crítica a la película que retrata a la Colonia Dignidad
En la pantalla:
masa impasible de papel maché y pintura, que por momentos es niña, otras es un
cerdo, otras solamente un ápice de nuestras pesadillas. El terror de “La casa
lobo” está en la creación de su atmosfera, el de una pesadilla intentando ser
narrada como fabula infantil; en la representación de lo vivido en la indigna
Colonia Dignidad, aldea real que existió en Chile.
María se
escapa con dos cerditos de su aldea, se refugia en una pequeña casa mientras se
esconde del lobo feroz, que tiene voz humana, voz de líder religioso que la
busca incansablemente.
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Sinopsis de “La casa lobo”
La película
empieza con una voz en off que nos cuenta sobre su colonia: una comunidad de
inmigrantes, alemanes, ubicados en el sur de Chile, que viven lejos de la
modernidad, de la cual parecen esconderse (clara referencia a la Colonia
Dignidad). Asumimos que la voz pertenece al líder de la comunidad, quien comenta
que su aldea está siendo víctima de falsos rumores, que surgen del
desconocimiento y odio a lo desconocido. En su afán por callar estos rumores,
se propone a presentarnos una cinta restaurada, recuperada de los anaqueles de
la aldea, que fue realizada muchos años atrás por personas de su aldea.
Es así como comienza la historia de María, una niña que ha liberado a dos cerditos de su aldea, y para evitar ser castigada, y también para alejarse de los deberes de su comunidad, decide escapar y esconderse en una casita ubicada en las profundidades del bosque. Sin embargo, también comenta que está siendo perseguida por un lobo, que se la quiere comer. La película nos cuenta los sucesos que María y los cerditos vivirán dentro de la pequeña casa, sin seguir un hilo argumental muy claro.
Crítica
Los
directores, Joaquín Cociña y Cristóbal León, dan vida a María y a los
escenarios mediante la animación stop motion, pero realizado de manera particular,
de forma más artesanal. Las imágenes tienen una evolución constante, y los materiales
que se usan para dar vida a los personajes son distintos: desde una simple
pintura en la pared, hasta un maniquí de papel maché.
Desde el
inicio del relato de María, se nos revela su voz femenina y con acento
extranjero. Su voz nos revela desesperación y miedo. Está escapando del lobo,
nos revela.
Todas las
escenas están en constate movimiento, desde la cámara hasta los elementos que
componen la escena. Hay un cambio constante. Los efectos sonoros ayudan a
lograr el efecto de rareza y pesadilla, que logra perturbar al espectador.
La
narración, que trata de asemejarse a una fábula, que con el pasar de las
escenas se va haciendo más sombría, funciona como una metáfora al fin de la
inocencia de nuestra protagonista. El miedo, el horror, lo perturbador que
quiere mostrarnos cada escena, puede entenderse como los sentimientos de María,
el sufrimiento, que al recordar el génesis de la cinta (la Colonia Dignidad)
deja de ser un sentir individual, y se convierte en el miedo colectivo que se
vivió en el ya extinto asentamiento.
Debe advertirse
que la cinta no cuenta con una trama muy clara, se enfoca en la creación de una
atmosfera perturbadora. Para las personas que no estén familiarizados con las
cintas experimentales, esta película podría no gustarles, o hasta aburrirles en
los primeros quince minutos.
¿Qué era la Colonia Dignidad?
Posterior a
la Segunda Guerra Mundial, Paul Schäfer, un médico nazi con denuncias y acusaciones
de pederastia, escapa al sur de Chile, donde, en los años 60, funda un asentamiento
llamado “Colonia Dignidad”.
Dentro de
la colonia, se cometieron diferentes atrocidades: tortura, secuestro, abuso de
menores, esclavitud, adiestramiento paramilitar, y más. Schäfer se encargó de
convertir a todos los pobladores en parte de su secta, en la cual él era el líder
religioso.
En dicha
colonia no existían familias: las personas eran obligadas a separarse por sexo,
los niños eran arrebatados de sus padres y dirigidos al cuidado del líder (a
los que llamaban Sprinters), donde sufrían múltiples abusos. Tanto los niños y
adultos fueron esclavizados.
Las
personas trabajan día y noche sin descanso ni pago alguno. La colonia estuvo aislada
de la sociedad chilena por décadas. En su periferia había paredes electrificadas
y torres de vigilancia que impedían escapar a sus habitantes, y los pocos que lograron
hacerlo y contar las atrocidades que vivieron, fueron ignorados.
En los años
setenta, Colonia Dignidad se alió con Pinochet. Se convirtió en el centro de
torturas de la dictadura, además que fue el lugar donde se fabricaron armas.
Luego de ser
descubierto e investigado, en 1991, Colonia Dignidad pasó a llamarse Villa
Baviera. En 1997, Schäfer escapó a Argentina, donde le arrestaron el 2005. El
2010 murió en una cárcel chilena.
Puede
parecer increíble a muchos, que una vez los colonos (como se hacían llamar
dichos habitantes) fueron liberados, la mayoría no quiso abandonar la villa. Eran
alemanes que no conocían el internet, ni hablaban español, ni sabían la fecha
de sus cumpleaños.
Nadie de
los afectados ha sido indemnizado. Recién este año, luego de años de juicios,
se ha dictaminado rematar Villa Baviera para indemnizar a las víctimas.