Hellraiser: curiosidades que no sabías sobre el clásico de los ochenta
En el año 1987 se estrenaría “Hellraiser”, cinta que
rompería la estructura clásica del slasher, para contarnos la historia desde la
perspectiva de los villanos y su obsesivo amor enfermizo. Sin embargo, uno de
sus aportes más recordados, fue Pinhead quien, a pesar de su poca aparición en
pantalla, logró formar parte del imaginario popular, catalogándolo como uno de los
mejore monstruos del cine.
1. El director, escritor y guionista
Clive Barker es un escritor conocido por sus obras de terror,
donde daba vida a monstruos siniestros que el propio Stephen King miró con agrado.
Sin embargo, Barker no se limitó a crear monstruos mediante la escritura, sino
que también los dibujó. Su fascinación por ver a sus criaturas en imágenes hizo
que le interesara el cine, y en 1985 vendría la primera adaptación cinematográfica
de una de sus obras.
El resultado fue bastante malo. Barker estuvo muy
decepcionado del trabajo mostrado, pero dicho fracaso no le frustró el sueño de
recrear a sus monstruos para la pantalla grande, todo lo contrario, le impulsó
a adaptar su nueva obra “The Hellbound Heart” (1986), pero esta vez dirigida
por él mismo. Así que luego de escribir el guion y recibir una mínima financiación,
realizó “Hellraiser”, pese a no tener experiencia alguna de director.
2. Los títulos desechados
Como lo hemos mencionado anteriormente, la obra que Clive Barker adaptó se llamaba “The Hellbound Heart” (que se traduce como “El corazón infernal”). El autor tenía en sus planes poner ese mismo título a la película, sin embargo, el estudio rechazó la idea. ¿Los motivos?, que el título insinuaba una historia de amor, cosa que ellos no veían en un guion lleno de sangre y muertes. El autor se vio obligado de cambiar el título, pero afirmaría que él y todos los involucrados en el proyecto, siempre trabajaron pensando en una historia de amor, enfermiza y retorcida, pero amor después de todo.
Obligados a buscar un nuevo título para la cinta, vendría la
lluvia de ideas, donde el propio Barker daría una propuesta atrevida, pero
interesante: “Sadomasoquistas del más allá”. Obviamente el estudio rechazó la
idea, y los motivos sobran, pero luego de ver a los cenobitas, uno no puede
dejar de pensar que quizá habría sido un título bastante acertado.
Sin embargo, esa no sería la propuesta más extravagante, se
dice que, en la lista de opciones, la más votada era el título: “Lo que haría
una mujer por un buen polvo”, que fue propuesto por la mayor del grupo, de nada
más que 60 años.
Finalmente, el estudio optaría por el título con el que hoy
se le conoce: “Hellraiser”.
3. La icónica portada
Pinhead es el monstruo más recordado de la franquicia, al
punto de prácticamente adueñarse de la misma, siendo la figura principal de
toda la saga. Sin embargo, esto no era parte de la idea original.
La relevancia que Pinhead tuvo en la cinta, se llevó a cabo
sobre la marcha. El suceso inicial sería la portada. En un inicio, la portada
contaría con una imagen de Frank completamente despellejado, idea a la que los
productores se negaron rotundamente, por lo explicito de esta. La discusión que
se llevó a cabo sobre la portada concluiría con la imposición del estudio de
poner a Pinhead en ella.
Hoy en día se puede decir que la decisión del estudio fue la
correcta. La figura tan singular y llamativa de Pinhead, logra dar una
impresión terrorífica que terminaba convirtiéndose en una atracción de
curiosidad por saber más sobre el personaje.
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4. Menos diálogos, más Pinhead
Si bien el aparecer en la portada le daba cierta relevancia
en la película, fueron otros hechos fortuitos los que pusieron a Pinhead en lo
más alto de esta franquicia.
Al momento de caracterizar a los personajes, los actores
eran sometidos a horas de maquillaje (se dice que hasta 6 horas). Una vez encarnaron
a los cenobitas, surgió un problema: no podían decir sus diálogos.
En un inicio, todos lo cenobitas tenían diálogos, lo cual,
debido al excesivo maquillaje, no lo podían decir, y si lo hacían, era
inentendible. Motivo por el cual los diálogos fueron disminuidos, llegando al
punto de que solo la Cenobita Femenina y el cenobita principal (Sí, Pinhead)
serían los encargados de decir los diálogos. De este modo, la relevancia y presencia
del personaje se aumentó en la cinta.
5. ¿Quién es Doug Bradley?
Curiosamente, mientras el personaje de Pinhead gozaba de
fama, el actor de bajo del maquillaje y las agujas, Doug Bradley, no era
conocido.
En la promoción de la película, no se había mencionado al
actor que interpretaba a Pinhead, lo cual causó una fascinación en el público.
Por su lado, Doug Bradley, en vez de enojarse, se divertía con el suceso.
Caminaba por la calle, entre personas que adoraban al personaje y cuando pasaban
por su lado, ni lo veían.
Sin el maquillaje, era imposible asociar a Bradley con
Pinhead. Es más, una vez finalizaron el rodaje, todo el equipo hizo una fiesta.
Bradley, que había hecho amistad con varios del equipo de producción, fue
ignorado por varios de estos. Días después se revelaría que nadie lo había
reconocido por la ausencia del maquillaje.
6. ¿Cómo crearon a los cenobitas?
La inspiración para los cenobitas vino de distintas fuentes.
Desde el estilo punk hasta santos de la religión católica. Sin embargo, el suceso
que sería esencial para la creación de estos seres vendría la noche que Barker
se aventuró a visitar un club clandestino de Nueva York, llamada Cellblock 28,
justo en una noche de S&M (sadismo y masoquismo). Donde observo como las
personas se cortaban y perforaban tratando de obtener placer sexual.
7. Dos actores, un Frank
El personaje de Frank, hombre que vuelve a la vida con sed
de sangre, es interpretado por dos actores.
El primero es Sean Chapman, que interpreta al Frank “completo”,
esto es, su forma final, cuando ya recuperó su cuerpo entero.
El segundo actor es Oliver Smith, quien interpreta al Frank
sin piel. Lo contrataron porque fue la persona más delgada que encontraron. Otra
curiosidad al respecto es que las escenas con cigarrillos fueron añadidas luego
de que Barker viera fumando a Oliver en el descanso con el maquillaje puesto.
8. Una casa real
Dado el bajo presupuesto de la cinta, se decidió grabar en
una casa real. De este modo no gastarían dinero en reconstruir sets para las
distintas escenas. Sin embargo, esta “facilidad” les terminó causando más
complicaciones en el rodaje, ya que el lugar era demasiado angosto para poner
más cámaras, lo que obligó al equipo a grabar una sola toma para diversas
escenas.
Solo el ático sería recreado en un set de grabaciones.
9. El origen de la caja de Hellraiser
La Configuración del Lamento, es la pieza clave de la
película. Ella actúa como una especie de rompecabezas, mediante la cual, con
los movimientos correctos, se puede abrir la dimensión de los cenobitas.
Para la creación del siniestro cubo, Barker tuvo dos fuentes
de inspiración.
La primera se trata de un recuerdo de su abuelo. Él era
navegante, y en su tiempo de juventud compraría un extraño rompecabezas en
Oriente Medio. Este se parecía a un cubo de Rubik que sonaba una nota musical
en cada acierto.
La segunda es sobre la leyenda de “La caja de juguete del
diablo”. Esta no se trata de un cubo de juguete en sí, sino de un cuarto grande
lleno de espejos. Si una persona permanece por mucho tiempo en ese cuarto, verá
al Diablo.
10. Hicieron ebrios la escena final
El bajo presupuesto de la cinta (1 millón) es un dato que la
mayoría lo intuye. El hecho que la película fue un éxito y recaudó muchísimo más
que lo invertido (20 millones) es algo que se sabe con tan solo ver las múltiples
secuelas que sacaron.
Se me hace más curioso cuál fue la respuesta que dio Barker
cuando se le consultó el porqué de la notable baja calidad en las escenas
finales (lo cual fue una queja de todos lo que vieron la cinta en su momento).
Dicha escena fue animada por el mismo director junto a un chico (lo único que
se sabe de él es que era de Grecia). Según comentó, ambos estaban con una
considerable cantidad de alcohol en la sangre y que, debido a ello, se sorprende
que las escenas no hayan quedado peor. Al menos sabemos que es sincero.