Crítica de Gingerdead Man (2005), el monstruo más rídiculo del cine de terror
Hay
películas que uno las ve a sabiendas de que serán malas, uno de esos ejemplos
es Gingerdead Man (2005), título que de por sí sugiere una trama absurda y un
bajo presupuesto. Una galleta asesina, sin otro poder que esperar ser comido para apoderar el cuerpo de quien se atrevió a morderlo, y la suerte de enfrentarse a personas que parecen ser mononeuronales (y esa única neurona parece funcionar a medias).
Trama de Gingerdead man (o la galleta asesina, como quieran)
Tratar de
explicar el encanto de este tipo de largometrajes, repletos de errores de guion
y malas actuaciones, a quienes esperan ver en ellas una película de terror verdadera,
es empresa imposible. Sin embargo, para los amantes del cutrismo irrisorio de
las cintas de serie b o serie z, esta absurda entrega terminará siendo interesante
de ver.
La película es un enfrentamiento entre veinteañeros de bajo coeficiente intelectual (esto demostrado por sus pésimas decisiones) contra una humanoide galleta psicópata de cuatro centímetros; donde, en contradicción con la coherencia, será la galleta quien les lleve ventaja e intentará cazarlos uno a uno. Todo dentro de una pequeña panadería que parecerá un laberinto para nuestros no tan listos protagonistas. Llena de escenas completamente absurdas, Gingerdead Man termina siendo una película de nulo horror, pero con algunas risas.
La Galleta Asesina
El villano
es, por lejos, es lo más interesante de esta película. Interpretado en un
inicio por Gary Busey, cuya carrera como actor está en decadencia, y este filme
es la prueba. Aun así, nos da una actuación bastante decente (y posiblemente la
única de toda esta cinta), a pesar de tener solo una escena en pantalla, porque
el bandido al que interpreta, dejará su cuerpo de carne y hueso para reencarnar
en uno de masa y más masa. Convertido en una galleta de jengibre, intentará vengarse
de quienes le dieron muerte. Ahora, el motivo del porqué se convirtió en
galleta, no nos lo dicen explícitamente, pero uno infiere que fue por la magia
negra de su madre. Pero bueno, tampoco es que a esta película le importe tener
sentido.
La galleta
asesina nos termina regalando escenas completamente absurdas, que terminan
siendo lo más disfrutable de toda la hora que dura esta cinta. Desde manejar un
auto a pesar de tener un cuerpo de cuatro centímetros, hasta disparar un arma
con una puntería propia de un stormtrooper.
La escena más absurda
Sin
embargo, creo que la escena más absurda fácilmente puede ser la primera. Los
tres primeros asesinatos ocurridos en pantalla, nos logran dar una idea de qué
clase de película es. Primero nos muestran a una mesera que aún tiene leves
movimientos faciales luego de un disparo en la cabeza. Después sigue el padre
de la protagonista, que intenta detener al “ladrón de siempre” atacándolo con
sus propias manos. Esta acción que puede parecer heroica, termina siendo
completamente tonta. El anciano sale de su escondite, camina dando gritos hacia
el asesino que tiene un arma de fuego en mano. ¿Cuál era su plan? Nunca lo sabremos.
El villano lo termina matando de unos disparos. Posterior a esta muerte, y sin
ningún tipo de dolor ante el suceso, es el hijo del ya muerto anciano, y
hermano de la protagonista, quien sale de su escondite para conversar con el
asesino (que ya lleva dos muertes en menos de unos cinco minutos). El objetivo
de su acción no parecía clara, ¿quería hacer reflexionar al psicopata para que
cambie su vida y vaya por el camino del bien?, ¿quería decirle que se retire
del lugar sin matar a nadie, lo cual hubiera conseguido si no salía de su
escondite? O, quizá, ¿fue acaso todo un plan para distraerlo y matar al
delincuente?, pues , nunca lo sabremos. Termina asesinado por las múltiples puñaladas
que recibió.
Pese a que la película para ser una comedia llena de gore, la verdad es tristemente diferente. Las muertes llevadas a cabo en la película (sin contar la primera escena), son solo dos. Y, sorpresivamente, la escena que más gore tiene, es la muerte de nuestra galleta favorita.
Gingerdead
Man es una película que no se toma en serio a sí misma. Termina siendo
divertida con su cutrismo y malas actuaciones, pero si no eres fan de este tipo
de material, lo recomendable es que no te acerques a ella, porque te parecerá
una perdida de tiempo.
-El Gato